Pelusa tiene una casa en el campo y va y viene a la capital. El otro día me trajo un cuadro de una pintura de un gaucho, cuyo marco estaba muy deteriorado. Era dorado a la hoja muy viejo, y le faltaban varias molduras.
También me trajo dos pedazos de tela traídas de Francia, para poder armar unos almohadones para un rincón.
Al cuadro, se le sacaron las partes rotas, se le hicieron nuevas molduras con yeso y se volvió a patinar de un dorado añejado, tipo bronce.
Asi era y asi quedó el cuadro:



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